La romántica historia de los seis Niños Héroes que los libros de texto gratuito han impuesto desde siempre no existió. Es una tristeza que el gobierno no se empeñe para que se sepa la verdad, como en tantas cosas de la historia de México, pues hasta en la política ocurre a diario.
En ese 13 de septiembre de 1847 el ejército norteamericano decidió atacar el Castillo de Chapultepec, donde no sólo estaban esos seis supuestos héroes, sino 44 cadetes más, así como los 400 hombre del batallón de San Blas (Irlandeses) que reforzaron dicha batalla y los 800 soldados del ejército mexicano comandados por el general Nicolás Bravo, exInsurgente de Independencia de México.
La historia que se ha hecho creer es que esos seis cadetes mexicanos, Francisco Márquez, Juan de la Barrera, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez, Agustín Melgar y Juan Escutia defendieron con garbo, valentía y hasta el último minuto de su vida a la patria, incluso inventaron que este último cadete se envolvió en la bandera y se aventó al vacío para que los norteamericanos no la maltrataran ni violaran, pero la realidad fue otra.
Juan Escutia no era ni cadete del Colegio Militar y aparte fue baleado al intentar escapar de los enemigos por los jardines del Castillo de Chapultepec, junto a Fernando Montes de Oca y Francisco Márquez.
Los otros tres trataron de hacer frente a los enemigos, aunque al final trataron de escapar, así murieron casi un medio centenar de cadetes. Y es que se debe comentar que ellos sabían que no tenían obligación de quedarse a pelear, ya que sólo eran estudiantes y ya habían recibido orden de retirarse tiempo antes.
También se debe resaltar que los «niños» tenían edades lejanas a considerarse así, dos de ellos tenían 14 años y los demás de 18 y 20 años es edad.
Desafortunadamente por razones políticas esta historia romántica fue dimensionada como una gesta heroica durante el periodo del presidente Miguel Alemán.
La razón principal fue que en marzo de 1947 el presidente de los Estados Unidos, Harry Truman visitó a México y en ese instante se conmemoraban 100 años de la guerra entre ambos países, por lo cual se debía quedar bien.
En ese instante, el presidente de Estados Unidos llevó una ofenda floral en el antiguo monumento a los niños héroes en Chapultepec y mencionó: “un siglo de rencores se borra con un minuto de silencio” y en ese momento este detalle sensibilizó aún más el nacionalismo mexicano.
Redacción
