Este anuncio de la degradación a Categoría 2 que se dio a conocer el pasado 25 de mayo luego de una auditoría a su par mexicana, la Agencia Federal de Aeronáutica Civil (AFAC), además de causar revuelo en la industria, ha causado mucha preocupación, pues la situación no solo atañe a las líneas aéreas, también al aspecto económico y social del país.

Por su parte, Peter Cerdá, vicepresidente para Latinoamérica de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), ha señalado que la recuperación de la Categoría 1 en aviación civil debe ser una prioridad de Estado para el Gobierno de México.

La IATA ha coincidido con los pilotos de ASPA en que la Categoría 2 se refiere a la capacidad de las autoridades regulatorias, más no a la seguridad de las aerolíneas. “Las compañías mexicanas cumplen con los estándares más altos en la industria. Tienen la categoría IOSA (Sistema de Auditoría de la Seguridad Operacional) de la IATA”, dijo Cerdá. Agregó que todas las aerolíneas tienen un nivel altísimo de seguridad aérea, por lo que es importante identificar que la auditoría se hizo hacia el regulador y no a las líneas aéreas.

El organismo reconoció que esta calificación se da en un momento donde la aviación entre México y Estados Unidos se estaba recuperando a los niveles previos a la pandemia, pues las aerolíneas mantenían una racha muy positiva de incrementos de vuelos y frecuencias, como en el caso precisó de Viva Aerobus, Volaris, y hasta la propia Aeromar.

Cuitláhuac Gutiérrez, director general de la IATA en México y director general de la Cámara Nacional de Aerotransportes, dijo que estar en Categoría 2 también impacta al transporte de carga, ya que las mercancías viajan en las bodegas de los aviones de pasajeros, cuya capacidad ahora está restringida.

AGENCIAS

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