Condenaron líderes occidentales el golpe de Estado del ejército de Myanmar contra el gobierno democráticamente elegido de Aung San Suu Kyi y cientos de miles de sus partidarios recurrieron a las redes sociales para expresar su enojo por la toma de posesión.

El repentino giro de los acontecimientos en las primeras horas del lunes descarriló años de esfuerzos para establecer la democracia en el país asolado por la pobreza y planteó más preguntas sobre la posibilidad de devolver un millón de refugiados rohingya.

Agencias

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